Dicen que para olvidarte tengo que viajar a marte hacer 300 años de terapia i decidir, dejar, que pase el mes de abril, juntar todas las hojas del otoño.
Dicen que para olvidarte hay que tener el bolsillo un almanaque sin domingos, un crucero y navegar en un océano sin mar, tomarse toda el agua de la lluvia.
Y en realidad hay cosas que no voy a olvidar, como tu ojos de soledad la tarde que los hice llorar.
El principe no iba a regresar para despertarme de mi letargo magico con un beso, al fin y al cabo tampoco yo era una princesa.
domingo, 14 de agosto de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario